Los fosfolípidos son un tipo de lípidos que no efectúan funciones energéticas, como sí cumplen esta función los triglicéridos.
Éstos están formados por una molécula de glicerol y tres ácidos grasos, sin polaridad, y, por tanto, no solubles en agua.
Por su parte, los fosfolípidos están compuestos por la combinación de glicerol, dos ácidos grasos y un fosfato, al que se unen diferentes compuestos de importancia biológica como la colina, el inositol, la serina,… dando lugar a la fosfatidilcolina, fosfatidilinositol, fosfatidilserina,…
Las membranas sinápticas precisan de varios nutrientes como el DHA, la colina, la uridina, el ácido fólico, las vitaminas B12, B6, E y C y el selenio.
Ellos son los responsables en la formación de fosfolípidos constituyentes de la sinapsis, evitando su disfuncionalidad.
Para mantener una buena salud cerebral es importante, pues, mantener unos niveles adecuados de estos nutrientes para prevenir o mitigar enfermedades como el Alzheimer y el deterioro cognitivo.
Es evidente que en estados iniciales de estos trastornos, la actuación nutricional puede ser de gran ayuda.
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